Los equipos y la maquinaria que se utilizan normalmente en las instalaciones industriales suelen ser bastante sensibles y, por lo tanto, vulnerables al efecto de los rayos y las subidas de tensión. El costo de los daños que pueden llegar a ocasionar tales efectos se basa no solamente en la degradación física que puedan llegar a sufrir dichos equipos e instalaciones, sino también en el tiempo de inactividad que se vean obligadas a soportar y en la interrupción de las operaciones comerciales que en ellas llevemos a cabo.
A menudo solemos ignorar este riesgo real hasta que ya resulta demasiado tarde. Los rayos pueden llegar a destruir tanto las estructuras externas como las internas. Sin embargo, la implementación de un sistema completo de protección de instalaciones contra rayos (FLPS) puede mitigar el riesgo de daños y alteraciones en todos los casos.
Un FLPS efectivo no sólo protege los techos, paredes y otros componentes estructurales, sino también circuitos eléctricos, comunicaciones, sistemas de control de procesos y otros elementos susceptibles de sufrir daños. Los rayos directos pueden ser neutralizados por una protección estructural.
Es conveniente comentarle que estas descargas naturales de electricidad estática también producen un pulso electromagnético que induce corriente en cualquier material ferroso en el edificio, que puede llegar a ser un excelente conductor, lo que propiciaría otros efectos como los incendios.
La importancia de implementar una protección eficiente
Tal vez piense que las posibilidades de que un rayo impacte directamente sobre las instalaciones industriales donde tienes montado tu negocio son bastante remotas. La noción de que los rayos deben golpear un edificio directamente para causar estas pérdidas son realmente un mito.
La corriente inducida que provocan puede llegar a ser incluso más letal para el correcto funcionamiento de tus equipos y maquinaria, cuyos sistemas eléctricos no están preparados para soportar los niveles extremadamente altos de voltaje instantáneo y corriente (100 millones de voltios, 30,000 amperios o más) que son típicos de un rayo.
Por contra, los rayos directos pueden ser neutralizados por una protección estructural, cuyos principales componentes son los terminales aéreos (también conocidos como pararrayos), conductores que conectan los terminales aéreos, y conductores de bajada, que conectan dichos terminales aéreos a tierra.
De acuerdo con los principios básicos de la física, estos FLPS estructurales generan un sistema eléctrico “serpentina” que intercepta los rayos directamente desde la nube, iguala el potencial entre la nube y la tierra y establece un circuito o camino preferencial que conduce la corriente del rayo desviando su trayectoria del edificio. Los estándares internacionales que se siguen en España para estos sistemas de protección contra rayos corresponden a la norma IEC-62305.
No obstante, los sistemas internos requieren otras medidas adicionales de protección, como dispositivos de protección contra sobretensiones (SPD) y otros sistemas de puesta a tierra como las varillas de tierra electrolítica.